Quiere lo que Dios quiere




No te inquietes por las dificultades de la vida
por sus altibajos, por sus decepciones,
por su porvenir mas o menos sombrío.
Quiere lo que Dios quiere.

Ofrécele, en medio de las inquietudes y dificultades,
el sacrificio de tu alma sencilla, que pese a todo,
acepta los designios de su providencia.
Poco importa que te consideres un frustrado
si Dios te considera plenamente realizado: a su gusto.

Piérdete confiado ciegamente  en ese Dios
que te quiere para sí. Piensa que estas en sus manos
tanto más fuerte cogido,
cuanto más decaído y triste te encuentras.

Vive feliz. Te lo suplico. Vive en paz. Que nada te altere.
Que nada sea capaz de quitarte tu Paz.
Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales.
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro,
una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor,
continuamente te dirige.

Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada,
como fuente de energía y criterio de verdad,
todo aquello que te llene de la Paz de Dios.
Recuerda: cuanto te deprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en nombre de la las leyes de la vida
y las Promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado,
triste, adora y confía.

Teilhard de Chardin sj.

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